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jueves, noviembre 14, 2013

El tocino con la velocidad

Soy ateo y liberal.

Sí, soy ateo y en general me causan repulsión las ideas transmitidas por casi cualquier religión; las encuentro hipócritas, arcaicas y dañinas.

Y, sin embargo, no estoy de acuerdo con el aborto. Déjenme que me explique: no estoy de acuerdo con el aborto libre sin restricciones, como se promueve en mucho de los países occidentales bajo una falsa etiqueta de liberalismo y progresismo. Y la cuestión no tiene nada que ver con el tema religioso, mi argumento va bastante más allá.

Considero, y creo que todos podríamos estar de acuerdo en esto como un precepto moral y ético de cualquier sociedad, que la vida hay que protegerla. No a cualquier coste, y no bajo cualquier circunstancia (de hecho no me opongo a la pena de muerte en ciertos casos), pero sí es merecedora de ser valorada; con ese fin existe todo un sistema de justicia penal que intenta proteger y valorar la vida de la gente. En especial, y hasta aquí entiendo que estaríamos todos de acuerdo, la vida de un ser humano merece ser resguardada.

El tema viene con que ni yo ni la mayoría de las sociedades nos logramos poner de acuerdo en cuándo, en qué momento, un embrión se convierte en un ser humano. Este hecho, por simple que pueda parecer en principio, es la raíz de todos los problemas generados por las legislaciones al respecto; es lo que provoca tantos desentendidos y regulaciones diferentes en diferentes circunstancias. Pero a mi entender la respuesta es clara: esto no importa. Éste no es un hecho relevante; no hace falta saber cuándo o cómo se genera un ser humano para determinar si es digno de protección o no. Mi opinión es que, así como se defiende la vida de las personas bajo ciertas circunstancias, también se debe defender (y he aquí el "giro copernicano" de mi argumento) la potencialidad de la vida en ciertas condiciones.

Antes de que salte alguno a poner palabras en mi boca que yo no he dicho, remarco: la potencialidad de la vida en ciertas condiciones. Todas las leyes deben tener un marco regulatorio; para "mi" ley, el marco regulatorio es que esa potencialidad tiene que estar avalada con la viabilidad de esa vida, entendida como "encontrarse en condiciones tales que, de no existir intervención externa, el desarrollo de ese ente desemboque inevitablemente en el nacimiento de un ser humano". Esto implica varias cosas importantes a mi modo de ver, y se basa por otro lado en un principio determinante del bien mayor; a saber:

1. Implica, por ejemplo, que el hecho del aborto está debidamente justificado en caso de que la vida de la madre corra peligro.

2. Implica que este hecho está debidamente justificado en caso de que el feto nazca anencefálico o con ninguna posibilidad de sobrevivir las primeras horas.

3. De este principio se entiende que esta potencialidad de vida no es una parte cualquiera del cuerpo de la mujer, es un ser humano en potencia, con todo lo que ello implica. Y, como tal, la mujer no tiene poder de libre determinación sobre este "ente" (por no llamarlo persona), ya que la defensa de esta potencialidad debería estar también entre los alcances del Estado y el bien común. Así como yo no puedo decidir sobre la muerte de ese feto a los ocho meses, tampoco debo poder hacerlo a los dos: en ambos casos no sabemos si es una persona, pero sí sabemos que es una potencialidad de persona.

Existe, por otro lado, una contradicción muy grande en los planteamientos actuales de este tema: es curioso que se le otorgue únicamente a la madre la decisión sobre si realizar o no un aborto; y el padre, ¿acaso no tiene derecho a decidir? Si el padre es obligado a reconocer y mantener a un hijo en caso de embarazo, ¿por qué no habría de tener derecho a decidir si ese hijo debe vivir o no? Al fin y al cabo, la madre no es más que un recipiente "transportador" del feto, pero el material genético pertenece a los dos. Esta contradicción demuestra la falta de criterio lógico de estas legislaciones actuales.

4. Por otro lado, de este principio se deduce que un óvulo fecundado en una probeta no es susceptible de esta protección por dos motivos: en primer lugar, dejado en condiciones normales no se convertiría en una persona (haría falta un útero, para empezar), y en segundo lugar (aunque vinculado con el primer punto) existe un razonamiento del cual se puede entender, según mi punto de vista, que la cantidad de vidas que puede mejorar y salvar la investigación con embriones sobrepasa al hecho de tener óvulos fecundados en una probeta.

En este caso, defender lo contrario e ir más allá de este principio de "potencialidad" nos llevaría a querer defender, por ejemplo, un óvulo y un espermatozoide que estén a un centímetro el uno del otro como un "potencial ser humano", lo cual lleva a un argumento totalmente absurdo.


Basado en estas guías fundamentales, creo que cualquier persona puede llegar al entendimiento de que un aborto en "condiciones no explicables" (es decir, cuando no existen malformaciones, peligro para la vida de la madre o los casos antes mencionados) se ejecuta única y exclusivamente para reducir la culpa, el dolor o la responsabilidad de la madre. Y esto a mí, ustedes me disculparán, me parece una absoluta barbaridad. Repito: yo no estoy aquí defendiendo a la persona, sino a la potencialidad de ella. Porque con ese criterio: ¿por qué no eliminamos a todos los hijos con enfermedades que hacen sufrir a sus padres?¿Por qué no matamos a todos los hijos a quienes sus padres no puedan mantener? Cualquier hecho que le haya ocurrido a una mujer para estar en situación o tener la duda de abortar, por horrible que pueda ser, no puede ser enmendado ni culpado sobre un tercero o, en este caso, la potencialidad de un tercero. Será doloroso y traumático, sí, pero terminar con la vida de un feto no lo va a solucionar. Si aplicáramos el reclamo de "es mi cuerpo y hago lo que quiero", entonces, ¿por qué no se cortan un brazo? Quizá así se aligeré el dolor también. Sirva esto como ejemplo de lo ridícula que se puede plantear la situación ante una decisión de ese tipo.

Por otro lado, también se utiliza en infinidad de casos el argumento político de "con estas medidas de liberalización se reducen los abortos ilegales que matan tantas mujeres". Este es un razonamiento tan poco válido que no admite discusión; el problema de los abortos ilegales es un problema fundamental de educación que no se solucionará, en ningún caso, liberalizando e institucionalizando la práctica. Es como si el día de mañana alguien propusiera lo siguiente:

 "Mucha gente se ve en una tremenda situación de necesidad y para solucionarlo piensa en vender uno de sus órganos. Como no hay ningún centro especializado que extraiga un órgano en perfecto estado de salud para poder venderlo, la gente se hace la cirugía en su casa y esto ocasiona muchas muertes por año. Entonces, para solucionar esta situación, el estado pone a disposición hospitales donde se extraigan órganos sanos para que su dueño los pueda vender sin correr riesgo".

Sé que puede sonar ridículo, pero es exactamente el mismo escenario. No porque una práctica ilegal conlleve un riesgo se debe legalizar para minimizar ese riesgo. Lo que hay que hacer es educar a la gente para que se dé cuenta de que la práctica no es lícita! 

Intentar solucionar un problema por sus consecuencias, y no por su origen, es ignorancia y falta de planificación.



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