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viernes, diciembre 04, 2015

Un paso adelante

Es hora de evolucionar. Es hora de darnos cuenta de que evolucionamos.

Hoy, como casi todos los días, estaba viendo las noticias en la tele cuando de repente surgió otra de esas muchas informaciones que hablan de lo "pegados que vivimos a nuestros teléfonos", que no prestamos atención a "la realidad, que está ahí fuera".

Hace mucho que se viene hablando de este tema. Y, lo siento, pero además de no estar de acuerdo, ya estoy un poco cansado de escucharlo. No, la realidad no está únicamente ahí fuera, también está ahí dentro.

Tenemos que darnos cuenta, después de más de diez años de discusión pública del mismo tema, de que no va a llegar un día en que nos vamos a separar de la tecnología, de nuestros teléfonos. Esa es nuestra evolución; ya hemos traspasado la barrera del Homo Sapiens para convertirnos, nos guste o no, en el "Homo Tecno". La tecnología, gran parte de ella, ya forma parte de nuestra vida de manera inseparable. Y, es más, ciertos elementos, como el teléfono, forman casi parte de nuestro cuerpo de manera inseparable. Y eso es una realidad; una realidad que no va a cambiar. Así que mejor que nos empecemos a hacer a la idea, y que nos reconciliemos con el concepto de que, como mínimo, va a estar mucho tiempo con nosotros hasta que venga algo nuevo.

Esta intención de querer que la gente se "despegue de sus teléfonos" me parece estúpida; vivimos en un mundo donde la información ya no se reparte en paquetes discretos, como podía ser hace 20 años atrás, sino que es constante, continua y está siempre presente, de fondo, digamos. Nos guste o no, no hay momento de desconexión, porque el mundo globalizado en el que vivimos nos requiere tener esa conexión continua. Y no lo entendamos mal: es una cosa buena. Es un hecho que nos está haciendo mejorar nuestras vidas, que educa a la población, que nos hace más cultos y con mejor armas para enfrentarnos a la vida.

Evidentemente que existen unas normas mínimas de decoro y respeto a los demás que debemos seguir, pero como con todo. Esta discusión sobre las "normas de decoro en el uso del teléfono" ya se tuvo hace diez años atrás, y hoy en día ya todos sabemos cuáles son las reglas de convivencia.
Con lo cual, por favor, paremos. Dejemos de cuestionar el hecho de que la gente viva con su teléfono, eso es un hecho, no va a dejar de ser así; este elemento ha pasado a formar parte de nosotros de forma natural, y no va a cambiar en el futuro. Plantear esta cuestión ahora es tan ridículo como decirle a la gente: "se nota una dependencia excesiva de la rueda en la sociedad moderna", o "creo que estamos demasiado enganchados a la electricidad; deberíamos consumir menos". Nadie se plantea eso, es simplemente ridículo, sin sentido. El teléfono, así como Internet en su momento, ha pasado a ser parte básica e indivisible de nuestra vida, como la rueda o la electricidad.

Es hora de que abramos los ojos y nos demos cuenta de que hemos evolucionado. Dejemos de preguntarnos cómo pararlo, y empecemos a mirar para adelante, a lo que viene después de esto.

Porque, les aseguro, vienen cosas mucho más interesantes.

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