Páginas

viernes, diciembre 04, 2015

Un paso adelante

Es hora de evolucionar. Es hora de darnos cuenta de que evolucionamos.

Hoy, como casi todos los días, estaba viendo las noticias en la tele cuando de repente surgió otra de esas muchas informaciones que hablan de lo "pegados que vivimos a nuestros teléfonos", que no prestamos atención a "la realidad, que está ahí fuera".

Hace mucho que se viene hablando de este tema. Y, lo siento, pero además de no estar de acuerdo, ya estoy un poco cansado de escucharlo. No, la realidad no está únicamente ahí fuera, también está ahí dentro.

Tenemos que darnos cuenta, después de más de diez años de discusión pública del mismo tema, de que no va a llegar un día en que nos vamos a separar de la tecnología, de nuestros teléfonos. Esa es nuestra evolución; ya hemos traspasado la barrera del Homo Sapiens para convertirnos, nos guste o no, en el "Homo Tecno". La tecnología, gran parte de ella, ya forma parte de nuestra vida de manera inseparable. Y, es más, ciertos elementos, como el teléfono, forman casi parte de nuestro cuerpo de manera inseparable. Y eso es una realidad; una realidad que no va a cambiar. Así que mejor que nos empecemos a hacer a la idea, y que nos reconciliemos con el concepto de que, como mínimo, va a estar mucho tiempo con nosotros hasta que venga algo nuevo.

domingo, enero 19, 2014

My kind of town

Every once in a while, one has the opportunity to live something, or somewhere, just incredible. The "awesomeness" of this experience might not strike you at first but slowly get into your skin, pore by pore, until it becomes the certainty that you have had one of those "times of your live". For me, fortunately, I've had quite a few of those in my life until now.

But this one, oh boy, this one has been different. Maybe it is the sole presence of the Bosphorus itself (as I always say, even if you put a hot dog stand, you have a hot dog stand with a Bosphorus view), or perhaps that mixture of thousands of years and people leaving each of them a bit of history behind. It might be the collage between the east and the west, or the future and the past, or just having kahvaltı -breakfast- on a Sunday morning in Örtaköy looking to the water.

jueves, noviembre 14, 2013

El tocino con la velocidad

Soy ateo y liberal.

Sí, soy ateo y en general me causan repulsión las ideas transmitidas por casi cualquier religión; las encuentro hipócritas, arcaicas y dañinas.

Y, sin embargo, no estoy de acuerdo con el aborto. Déjenme que me explique: no estoy de acuerdo con el aborto libre sin restricciones, como se promueve en mucho de los países occidentales bajo una falsa etiqueta de liberalismo y progresismo. Y la cuestión no tiene nada que ver con el tema religioso, mi argumento va bastante más allá.

Todo es mentira, nada es verdad

Por estos días de revoluciones mediorientales y gobiernos en decadencia, me asaltan varias dudas existenciales. Y como siempre que tengo dudas existenciales, acudo a una fuente de conocimiento que, lejos de ser perfecta, es, al menos, sincera. Entro entonces a Wikipedia para ver exactamente de dónde viene todo el lío egipcio, y leo con estupor algo que confirma, una vez más, mis sentimientos sobre el ser humano.

Entré en Wikipedia esperando encontrarme una descripción descarnada, y real, de un Mubarak asesino y dictador; me encuentro, sin embargo, con un presidente de gobierno que, si bien tiene de democrático lo que yo de moreno, ha sido reelegido cinco veces consecutivas. Sí, ha leído usted bien, cinco veces consecutivas durante las últimas décadas. Y, entonces, una vez más, y como siempre en estos casos tan políticamente “vendidos” por los medios, me asalta la duda. Me asalta la duda porque soy un convencido de que los pueblos, casi siempre (y, por favor nótese bien el “casi”) eligen su destino. Antes de que empiecen a saltar los eternos defensores de los “derechos humanos”: sí, Mubarak puede haber fraguado las elecciones, pero no cinco veces consecutivas.

sábado, junio 01, 2013

Un momento en otro momento

Comparto con ustedes un cuento de mi autoría, escrito en 20 minutos del tirón y sin ninguna experiencia previa ... para el cajón de los recuerdos:

"Y entonces, sin pensarlo dos veces, saltó.

Cuando volvió a abrir los ojos le extrañó no sentir la sensación de caída. En su lugar había un aroma suave a tierra mojada. Sin entender todavía demasiado se dio cuenta de que era chiquito, mucho más chiquito, y que iba de la mano de una señora rubia caminando por la calle. Al fondo observó un cerro no muy alto, de incontables colores, enmarcado en un cielo azul como no había visto nunca. Su mente científica, en un intento de racionalizar la experiencia, no lograba descifrar si se trataba de una alucinación provocada por la aceleración de la caída, o si ya se había producido el golpe y esto era lo que había después de la muerte. Fuera lo que fuera, no le importó, y se dejó llevar por la grata sensación de entrega a la redención final.

De buenos que se vuelven malos

En estos días en que el juez Garzón apoya la reforma de la justicia que está llevando adelante nuestra adorada presidente argentina, Cristina Fernández, me gustaría recordar un texto mío de hace algún tiempo atrás, sobre la imputación y condena de este "juez estrella" por prevaricación. Ahí se los dejo.

De cómo el juicio a un personaje controvertido puede ser el signo más puro de la democracia. 


DE BUENOS QUE SE VUELVEN MALOS
Muchos están indignados. Claman al cielo sin siquiera conocer bien los hechos ni los detalles de lo que están hablando. Les da igual, ya que la idea que defienden va “más allá” de esos detalles menores … 

Otros dicen, con la boca chiquita, que bueno, que este hombre no es tan malo. Y no, en un principio no lo era. Empezó con buenas intenciones y buenos actos: metiéndose en casos importantes, poniendo el pecho a las balas y aceptando las consecuencias. Pero, como ocurre en muchos casos (demasiados, desgraciadamente), no supo parar a tiempo. No supo bajarse de la nube y legislar desde la sensatez y la humildad. No. Se la empezó a creer: empezó a pensar que podía meterse en cualquier sitio, que su “coraza” de juez le daba impunidad para hacer lo que quisiera, incluso ir a buscar basura al patio ajeno y revolver sin permiso de los dueños. 

miércoles, octubre 17, 2012

La verdad


La verdad es que, nos guste o no nos guste, somos todos responsables. Es muy fácil, y sobre todo muy cómodo, pensar con la teoría de "la culpa es del otro", pero somos todos responsables y lo sabemos.

La verdad es que desde hace mucho años Europa y Norteamérica se han sumergido (ahora, evidentemente, ya no más) en una espiral sin freno de consumo desbocado, donde se eliminó el concepto de ahorro y se sustituyó por el de gasto permanente. Claro que esto resultaba muy fácil cuando las entidades de crédito, sin ningún tipo de comprobación previa, daban dinero al primero que pasara por la puerta. Hay algunos casos más flagrantes que otros pero, básicamente, todas las situaciones están cortadas por el mismo patrón: crecimiento económico prolongado del país en cuestión, flujo continuo de crédito a bajo interés, consumo desmedido de privados (tanto entidades bancarias como particulares), endeudamiento progresivo e incluso muchas veces solapado -se obtiene un crédito para pagar otro crédito- y resultado final con una gran debacle financiera.

viernes, febrero 25, 2011

Impotencia

En una de mis discusiones de la comida de los viernes con mi familia, donde se tratan los temas socio-políticos del momento (toda una tradición familiar desde que estoy en España, oiga), me doy cuenta así a bote pronto de una sensación que me viene ahogando desde hace mucho. Es la misma sensación que hace que cuando leo los periódicos a la mañana se me revuelva el estómago y me den ganas de mudarme a Neptuno: impotencia.

Sé que hay mucha gente que siente lo mismo que yo; pero, desgraciadamente, creo que no somos suficientes. Ni siquiera estamos cerca de ser “un montón”. Porque la gran mayoría se siente cómoda con esta situación, ya que le da pie a justificar las estupideces más variadas. Hablo, por supuesto, de la maravillosa teoría, instaurada desde hace unos años en este país, del “todo vale”. Sí, señor: en este país, TODO VALE.

Vale que el presidente llame a un terrorista “hombre de paz”; vale que se insulte y acuse a los familiares de personas asesinadas de querer “politizar” las muertes; vale que se rumoree entre la población que el cáncer de una persona pública es falso y usado con medios políticos; vale que se nos trate de estúpidos; vale que un ministro de exteriores haga la peor gestión de la historia española y se vaya de rositas sin que nadie le pida ninguna explicación; vale que se le dé una medalla a un ministro que ni siquiera era ministro cuando se hizo la gestión; vale que el gobierno adopte la forma de juez y decida sobre el poder judicial; vale que un ex-presidente salga a decir que pudo asesinar a los terroristas pero que bueno, oiga, que se le pasó; vale que un estudiante que se siente ofendido por mentar un jamón en clase pueda poner una denuncia y ésta prospere (!); vale que se mienta a la cara de los ciudadanos anunciando pleno empleo y se tenga la mayor cifra de desempleo de la historia; vale que se paguen 12.000 euros por cada sesión del senado para hablar 5 lenguas en un país de una; vale, en definitiva, todo. Vale todo y todo vale: no importa el qué, el cómo ni el por qué; todo está permitido en este escenario putrefacto de mandatarios subnormales, oposiciones pusilánimes y masas votantes estúpidas y aletargadas.

Y después está la segunda parte de la cantinela, que acompaña sin pudor a la primera. La parte del SON TODOS IGUALES o también conocida como “es todo lo mismo”. Ésta es muy utilizada por estos hombres socialistas de pro, estos que hacen gobierno desde la oposición ya que, a cada afrenta que se les plantea, responden “pues tú más”. Ellos tienen la teoría de que todo es lo mismo: España está igual de mal que hace 10 años, en este gobierno se roba lo mismo que en los anteriores, España es igual que Marruecos, EEUU, Francia o Argentina. Todo da igual, porque todo es lo mismo.

Pues saben qué, señores míos: NO, ni es todo lo mismo, ni todo vale. Pero, como decía al principio, lo peor de todo no es el clima político, es que todo esto es una doctrina instaurada en el colectivo social. Y el más grande los peligros, ya lo dijo Einstein, no es la maldad, sino  la estupidez. Y esta vez estamos rodeados. Estamos rodeados de gente que, bajo el paraguas de este “relativismo progresista” del todo vale pretende justificar las barbaridades que antes pensaba pero no se atrevía a hacer o decir: hoy cualquiera puede salir a decir la primera barrabasada (sin justificación alguna) que se le venga a la cabeza sin ningún tipo de repercusión, ya que estamos en la era de la “sociedad plural” …

Pero, como siempre he defendido, aquí entra la hermosura de la democracia y la libertad en la que vivimos: el lado positivo de todo esto es que la gente se muestra tal y como es – no hay ataduras, no hay restricciones, los bobos se sienten libres de decir sus bobadas y, desgraciadamente, la gente inteligente muchas veces se queda callada.

Es muy curioso ver cómo, en un breve lapso de 10 años, se ha logrado destruir todo el avance social logrado en 40. El único sentimiento que se me ocurre para describir eso es impotencia. Y, lamentablemente, no tiene solución en el corto plazo …

sábado, diciembre 11, 2010

Ir en contra de tus principios

A pesar de que pueda parecer lo contrario, yo no soy demasiado exigente con el ser humano: una de las pocas cosas que de verdad pido es, ante todo, coherencia. Me parece que la coherencia interna entre los hechos, pensamientos y formas de vida de una persona son fundamentales para que esa persona se pueda considerar digna de respeto. Por supuesto que muchas veces en la vida, por un motivo o por otro, se pierde ligeramente el camino, pero debe existir cierto marco, cierto concepto general en el que, creo, tenemos casi la obligación de ser coherentes. Esto si queremos ser medianamente maduros y lógicos, claro.

Por eso me causa mucha gracia, pero mucha, cuando un montón de gente que se llena la boca hablando de cosas tan bonitas como la libertad, la independencia y demás conceptos idílicos se pisa tan sonoramente a sí mismo. El caso que mejor refleja esta situación ahora mismo, según mi opinión, es el tema de Wikileaks: un día un señor se levanta de la cama y empieza a publicar, de forma indiscriminada y con una clara intención dañina, documentos confidenciales que pertenecen a un pueblo. No a un gobierno, no: a un pueblo. Documentos que, más allá de secretos importantísimos, contienen información que pone en riesgo, incluso, la vida de muchas personas. Y la gente, alrededor del mundo, lo aplaude.

Como dirían Les Luthiers, "analicemos la frase". Usted imagínese que se levanta una mañana y un señor muy gracioso ha publicado en el periódico local sus cuentas bancarias, sus contraseñas, sus conversaciones con su señora por la noche, la localización exacta de sus hijos y demás información delicada, en pos de la "libertad de expresión", alegando que sus conocidos "tienen el derecho a conocer esa información". ¿Qué le parecería esa situación? Creo que la respuesta es más que obvia. Bueno, entonces entendamos una cosa de una vez por todas: un país es como una familia, sólo que más grande.

No entiendo cómo este concepto tan simple, que puede entender hasta un niño de cinco años, es tan complicado de asimilar para tantos "gurús" de la información y la libertad que andan dando vueltas por ahí. Un pueblo, representado por su gobierno, tiene el derecho ... no, perdón, tiene el DEBER de mantener cierta información bajo la etiqueta de confidencial, a fin de poder manejar un sistema tan complicado como es una nación. Creo que este es un hecho tan obvio que, a riesgo de que alguien se ofenda, se puede decir que quien piense lo contrario no entiende en absoluto el funcionamiento de una sociedad. Es la esencia misma del ser humano, y el tema no merece más discusión.

Y entonces, cuando algo tan claro como eso aparece en el camino, surgen los ejemplos con los que empecé este texto: aquellas personas que piden la libertad a los cuatro vientos, y sin embargo apoyan un acto criminal como es el de Wikileaks, que se salta a la torera ni más ni menos que la libertad de 350 millones de personas de decidir qué asuntos internos se publican y cuales no. Tócate los cojones, mariloli. Y todo esto en pos de la "libertad de expresión", a lo que yo me pregunto: ¿libertad de expresión de quién?¿Del señor Assange?

Creo que alguien alguna vez dijo (y si no, lo digo yo) que no hay nada peor que una "libertad" mal entendida. No seamos necios, no caigamos en el facilismo de las masas y el pensamiento aborregado, razonemos por un segundo aplicando el sentido común, en lugar de abrir la boca sin saber siquiera de lo que estamos hablando. Toda libertad conlleva implícitamente una responsabilidad: una vez más, no confundamos la libertad con el libertinaje.